Día de la Rebelión Aymara y Boliviana

Con la asistencia del gobernador de La Paz, César Cocarico; ministros de Estado e invitados de la ONU, se conmemoraron los 229 años de la ejecución del caudillo indígena en Peñas. Explosiones de dinamita, agudos sonidos de pututus y vítores de jallalla fueron el marco de la conmemoración ayer de los 229 años del descuartizamiento del emblemático caudillo aymara Julián Apaza, también llamado Túpac Katari.
Por su significado y el proceso histórico que vive el país, se proclamó en la plaza de Peñas —donde fue ejecutado Túpac Katari en 1781— el 14 de noviembre como el Día de la Rebelión Aymara y Boliviana., publica el Periódico Cambio. Una muchedumbre humana que rodeó el lugar, semejante a los cercos a la ciudad de La Paz que protagonizaron los aymaras en el siglo XVIII dirigidos por Katari y su esposa Bartolina Sisa contra la colonizadores españoles, dio un marco imponente al acto.

Entre las 10.00 y cerca de las 12.00, la ahora plaza Túpac Katari
—distante a 60 kilómetros de la ciudad de La Paz— se vistió de wiphalas y la tricolor boliviana. La música autóctona del altiplano paceño dio realce a la ceremonia.

El momento culminante de la tradicional celebración fue cuando las cuatro extremidades superiores e inferiores de la estatua de Túpac Katari —hecha con resina y cartón— fueron unidas al tronco y cabeza, que yacían sobre una tarima en el centro de la plaza.

El acto fue seguido por varios invitados de honor, como el gobernador de La Paz, César Cocarico; las ministras de Justicia, Nilda Copa; de Transparencia, Nardi Suxo, y el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, César Navarro, en representación del presidente Evo Morales.

La alta comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Navanethem Pillay, y el representante en Bolivia de esa entidad, Dennis Racicot, que estaban entre los invitados, oyeron las ‘increpantes’ declamaciones de Richard Laime Poma, estudiante de la Universidad Indígena Boliviana Túpac Katari, y de tres escolares del colegio que lleva también el nombre del líder aymara.

"La lucha contra los opresores (...) contra los ladrones sigue. Nuestro pueblo Kollasuyo tiene tres propias leyes: ama sua, ama q’ella, ama llulla, (no seas flojo, no seas ladrón, no seas mentiroso). Dónde está la soberanía, dónde esta la Bolivia libre, todavía no somos libres, todavía somos oprimidos por los grandes países imperialistas (...)", fue parte de una de las declamaciones que retumbó el pueblo. A la cabeza de Cocarico, los restos simulados de Katari fueron objeto de un ritual andino. Las autoridades del Gobierno, alcaldes, bajo la dirección de un líder espiritual aymara, invocaron a los restos de Katari para consolidar la liberación del pueblo boliviano, iniciado en 2006, con la ascensión de Evo Morales a la Presidencia. La efigie de Katari, con las extremidades extendidas y las cadenas colgando de ellas, fue ubicada al pie del palco de honor. Según la historia, el 14 de noviembre de 1781, en ese lugar, cuatro caballos separaron las extremidades del caudillo, por órdenes de la Colonia española.

Los discursos en aymara, como del alcalde de Batallas, Bernardo Balboa, evocaron la grandeza de Katari y relievaron la unidad del pueblo boliviano.

"Con el corazón partido, con lo que han hecho a nuestro hermano mayor Túpac Katari, estamos aquí. Es como para llorar. Pero hoy le rendimos homenaje y para apoyar al nuevo líder que ha surgido, el hermano Evo Morales", aseveró el ejecutivo de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos Túpac Katari de La Paz, Silverio Fernández, quien sintetizó el sentimiento expresado en el acto de Peñas.

El Gobernador del departamento de La Paz, al cierre del acto, justificó la ausencia de Evo Morales por motivos de salud. "El pueblo nunca se sometió (pese a la muerte de Katari) y han surgido nuevos líderes que buscan la igualdad, por todos los 14 de noviembre vamos a celebrar como el Día de la Rebelión Aymara y de los Bolivianos", aseveró.